13.1.06

Té y posos

Un día más, más caramelos para el bolsillo, exquisitos... más los míos. Demasiado complicado encontrar el lugar adecuado para abrirlos y averiguar cuáles y cómo te los quieres comer. Lindo es saber lo que hay dentro. Evitar su toxicidad para no cortar las cuerdas de tender del vecino (y tal vez las de tu propia ventana) sigue siendo una medida habitual, uno de los pocos cristales que guardo en ese bolsillo de mi abrigo, recientemente declarado -por cierto- fenómeno pirotécnico.
Sigo descubriendo y redescubriendo sonrisas con nuevas formas que me mantienen azul constante a un centímetro del suelo. Entender y disfrutar tanto con la niña-tostada y el niño-válvula merece declararse sinónimo de vida. Me nombran ante cien personas y me sigo y seguiré escondiendo, sólo soy yo, claro que soy complejo, pero me gusta demasiado sentirme sencillo y entendible. A ratos, pienso de nuevo en el estúpido hombre del tiempo... demasiado. Me declaro valiente una vez más y me meto solito en la boca del lobo, terminando en la planta de arriba para contemplar plantas sintéticas en pantallas de plasma. Por desgracia también asocio molestias en los tobillos... algo parecido a los orificios que provoca algún ridículo que se cree capaz de portar una "black&decker" y todavía espera que le siente bien la toga y le digan "qué bonita te queda", para seguir alimentando el ego... ay, el ego, qué malo es y qué bien parece sentar... irremediablemente, en estos casos, intento aludir a la subjetividad excretora de un poco más abajo. Los tragaluces no se logran con bricolaje, se te puede escapar la mano... se encuentran en momentos, en abrazos y palabras azules, en instantes convertidos en ríos y en tantas otras pequeñas cosas... la realidad porosa, demasiado cerca... la luz, a saber, depende, en tantas ciudades...
El caso es que busco huellas horas después de saberte cambio de guardia... demasiado deprisa, con la música muy alta por si acaso escucho algo que me haga retorcerme de nuevo como una vieja esponja... hay momentos en los que no me importa jugarme multas o algo peor... para encontrar, hay que borrar la palabra "miedo", aunque nadie fue lo suficientemente valiente para escribirla lejos de "riesgo", no en edición definitiva.
Hora de dormir. Primer cálculo de probabilidades para comprender cuánto miden tres kilómetros. Fiebre, sí, pero sábanas de latitud noventa. Se parece a dormir en un portal lleno de tristezas y que a las ocho de la mañana el portero te calce una patada en los cojones. Por si acaso, escucho la lluvia, escucho susurros en los charcos, siento los cercos del tejido del agua. Los cojines se parecen cada vez más a preparar unos gazpachos manchegos, con la certeza de que no acabarán con mi apetito a la hora de desayunar. Al menos, ayudan a no olvidar perímetros...
¿Sabes? Todavía no llevé a reparar el reloj. Supe que no quería hacerlo desde el mismo día en que los saharauis describían "té" como forma de vida sin conservante E-330. Lo supe desde que aprendí a exprimir los posos tres veces. Lo sé desde que la probabilidad del té del desierto se calcula sumando las probabilidades de unos tres intentos y debe ser igual a dos. Acepto envolverlo en papeles de colores, es necesario tal vez... me costó verlo, aprender a envolver con colores sin provocar daltonismo es jodido... Ahora me preocupa la tercera muestra de cara a los cálculos renales. Tal vez porque verme bailar en una cuarta me provoca imaginarme abajo del podium dando brillo a los zapatos de los primeros... no sería la primera muestra que acabara en úlcera doble por intoxicación...
Paso previo en tierra firme, huída de aterrizajes forzosos, de palabras prohibidas, despacio... sé contar hasta tres... tal vez, si logramos atrevernos, sumaremos... y a ver qué sale...

2 Comments:

Blogger aMara dijo...

Sigo contemplando el agua de lluvia que salpica mi ventana...son cortinas de paso firme y sereno las que recorren los rios de colores que forma el paisaje a traves del cristal...(como suena el silencio cuando intentas escuchar la lluvia...)..Me gustan estas mananas de invierno...
Hoy los posos del te y el contento del agua hay jugado a las adivinanzas...

Un beso grande...

1/14/2006 7:35 p. m.  
Blogger aMara dijo...

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1/14/2006 7:35 p. m.  

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