2.9.06

Desenfrenar

Fíjate bien en las luces. Observa como cambian mientras detenemos el mundo. Tuerce ventialgunos grados a tu izquierda. Sigamos el compás en la rodilla, yo en la tuya, tu en la mía. Azulinemos, azulinemos todo, que no es vuelta sino ida, tal como aprendimos. Tal como somos. Horizontales a dos alturas, simultáneas.
Y las letras cayendo en picado tres a tres, una por lámpara, una por mesita; los zapatos, dos a dos, primero del derecho, luego del revés; los besos, uno mas uno, uno, me llevo uno y me lo subo, etcétera.
La ciudad es mar abierto, lejos de precipicios. Y pequeño cierto el tiempo desde que dejamos de frenar, imposible desde que aprendimos que el océano es para los valientes.
Dale, pisa a fondo, ni parpadees, nos vamos, hoy siempre empieza lo mejor.