28.2.06

Crybaby


El llanto, ese fenómeno a veces tan aleatorio, ese sinónimo de vida, constante. El llanto vive muy lejos de la viñeta de "El Roto" o un chiste de Gila, duerme lejos del humor. El llanto es sano, cuando tiene que salir. El llanto es la lluvia de los niños que jugamos a los trenes sin necesidad de arrollar camiones en los pasos a nivel. Camiones de reparto, que también portan llanto en vidrio soplado para la importación/exportación, envases para los sueños, necesidades, realidades, alegrías, tristezas. Aunque... cuidado con las botellas rotas... ostias. La innecesidad de inventar enfermedades terminales o duras realidades cuando las vives a diario. Me callo, a veces, me callo demasiado. Si quieres te hablo de parte de mi presente, si quieres departo y te parto. Si quieres te hablo de violaciones, de atracos, de descalcificaciones y asesinatos. No lo necesito, resuelvo solito mi propio puzzle, tengo bigote. Yo llanto, ¿tú llantas? Respóndete a eso en lugar de venir a prestar compadecencia, ni lo necesito ni lo merezco. Ni tú, ni nadie. No conmigo. No quiero tus cristales, ya tengo los míos. Llanta antes de que te llanten, arráncate los ojos si es preciso, exprímete en un llanto sostenido, propio. Aprende a construir tu propio parque móvil sin atropellos. Danza, llanta, disfruta del viaje y de tus propios accidentes geográficos.
Si no sabes llantar todavía, no puedes escuchar todo lo que tengo que decir. Tal vez te va a doler cuando lo pise y, pese a eso, sé que no dejarás de quererme. Tengo la suerte, tengo infinito cariño gratuito pegado con velcro en todos los rincones de mi abrigo. Y me da igual si cambias, incluso quizás sea algo necesario, iluso a veces rozo la fé en las estaciones de servicio y no por eso voy a decírtelo. Demostrado, yo no sé hacer daño, pero sé llantar, forma parte de mí. Jamás he usado mis manos para nada más violento -a priori- que desnudarme. Porque me desnudo.
Enchufarse a lo auténtico, dos cables, una entrada y una salida.
Trata de imaginarme cuando aprieto tan fuerte los dientes, tanto que consigo agrietarme cráneo y esternón. Ten cuidado, voy a llantarte, lo sé. Que mi esguince está curado y voy a pisarlo, voy a destrozarlo, nunca habrás visto tanta violencia en un desnudo. Y voy a saltar cual marsupial sudoríparo, manifiesto glandular al compás del balancear de mis pelotas.
Juego descalzo. Y lo voy a pisar, "pisarrrrrrrrrrrrr". Me voy a llantar. Te voy a llantar. Y sé que contemplaré la sangre brotar en oídos no aptos.
Y si llantas, neumáticos nuevos: 1, 2, 3, 4, 5, 6. Y el de repuesto. Y el tornillo antirrobo.

24.2.06

Zona Cero

"Las paredes de las viejas casas se utilizan
para construir las paredes de las nuevas casas."

Aprender se asocia al nuevo tiempo, presente, indefinido. Escuchar, observar, interpretar y transformar. Sentir la lluvia, la nieve y el sol. Generar el calor suficiente para derretir las cumbres y deslizarse a ras del carbono catorce de tu propia piel, macerando a vuelta y vuelta con el viento.
No quiero volver a escuchar lo maravilloso que soy, no como fenómeno esterilizador. Hoy sé lo que soy y lo que no... maybe. Los propósitos son los únicos apósitos que quiero encontrarme en los portales. Evaporar la costra, azul, un fenómeno bigbánico diario. Las certezas, cortafuegos en el puerto.
Declararse niño-esponja es un despegue inmediato si quieres mezclarte con la tierra y volar hacia tu propia naturaleza. Mirar una piedra roja y verla azul, aunque parezca negro o tenga sustratos amarillos o te digan que es verde. Siempre se pueden reconfigurar los colores de las aceras, saberse libre de elegir, de descubrirse.
La subjetividad colgada en las paredes. Edificar un mundo a partir de lo mejor que brota dentro y que siempre ha estado ahí. Eres tú. Son tus manos. Y la reciprocidad del eco. No hay peligro de derrumbe si sabes reconocer tu pelo mojado como casco hidratante y seguir el compás de tu propia musicalidad. No hay peligro de ceguera si te sientes tragaluz.

22.2.06

Reflejos

Regresar a la ciudad de los cielos de piel. Y el fenómeno del masticado sin preocuparse por las caries. Y esa sensación de querer estar en todas partes, mientras respiras el éter que te ha aprendido hombre y el formol que te ha conservado niño. Recorrer 666 kilómetros hacia atrás y reencontrarse con las farolas, con el frío seco, con las aceras. Hacer inventario de los pasos de cebra, perfilar, repintar, encontrar más y preparar pintura suficiente. Volver a tomar las riendas de tus caballos y seguir adelantando por la izquierda, por la derecha, por arriba y por abajo, como siempre, reinventando tus cronómetros, cronogramas y cromo-gamas.
Encontrar lo que debes decir y lo que no... y el cómo. Respetar lo conocido y lo desconocido... y el espacio, el tiempo. Encontrar y no caerte pese a que te nievan las ganas de gritar y ensayar la pronunciación de algunas palabras tal vez prohibidas. Sabes abrazar, sabes dosificar la convexidad de tus pupilas y callarte la puta boca para descartar conjugaciones del verbo doler. Ciertas cosas nunca son fáciles y entiendes la importancia de simplificar y de aprender de las composiciones multidimensionales del silencio desde nuevos ángulos y altitudes para seguir caminando, sorteando balizas y zancadillas. Y pruebas a zancar, incluso de puntillas, flexionas las rodillas sin llegar a doblarlas y descartas vértigo como posibilidad de altura. Y sueñas con el increscendo del brillo y el contraste, y quieres no quedarte ciego, y sabes que tanto puede reducirse a un "si quiero, puedo", y que tienes tus manos llenas de vida, con callos y ampollas. Un todo que no incluye el vacío ni nada que se aleje de ser transparente.
Encontrar y volver, mantenerse en doble latido sobre las cuerdas para que la necesidad de grito sea un secreto más. Descomponer las aurículas en tantas posibilidades como duplas de vida. Saberte polifónico pero evitar que salten tus propias alarmas. Seguir navegando, escalando, revolcándote, sonriendo... vivo, dentro y cerca, ahí tienes el más mágico de todos espejos, el que te susurra las certezas más absolutas.
El vaivén entre la ciudad de los cielos de piel y todas partes. Y las bandas sonoras. Próxima estación: primavera.

11.2.06

Aerolíneas

El maravilloso universo de la palabra. La inmensidad de la estratosfera rascando mi piel trasteada. The answer my friend is blowin' in the wind. Tal vez me llame alguien... y yo esté comunicando. Porque estoy escuchándome, decodificando el tempo y alcanzando mi propio ritmo. También grito. Y maúllo. Y sangro. Y sudo. Y lloro. Animal, ciertamente. También sonrío como un piano imperfectamente octavado. Comunicar. Transmitir. Oír. Hablar. Decir. Y sólo explicar lo explicable, y en todo caso porque sí, porque quiero... de muchas maneras.
Un niño grita desde un submarino que, todo lo que tenga que decir, lo diga con mucho ataque. Yo tengo un escuadrón de colores y ampollas de adrenalina más que suficientes guardadas en el tercer cajón. Mañana atacamos territorio conocido. Y si soy yo quien llama, será mejor que esté comunicando. Atacar... y defender, sin cierre, valiente.
Estamos en el aire...

9.2.06

GPS

Despegar un lunes con huecos sin consultar el parte meteorológico puede ser peligroso. Hacerlo en martes se parece más a comprobar el estado de las carreteras, puertos y mareas, estaciones de servicio y densidad de la nieve. Checking, despegue, vuelo. Encontrar el trayecto adecuado. Sensibilizarse con las corrientes y equilibrarse entre ellas, cálidas y frías, para alcanzar la altitud precisa. Comprobar la presión mediante la suma de los instantes de las variables cardiovasculares en valores absolutos. Despejar constantes para reinventar diccionarios, medicina, historia y vida, desde la ingravidez. Deslizarse a ras de viento, hacer y deshacer tormentas, día y noche.
Steve da vuelta y media al mundo. No puedo evitar observarle a través de la ventana. Sonrío cuando pienso en Santos Dumont y los hermanos Wright, que teóricamente fueron los primeros y por eso no se habla de Santos... yo no tengo calendarios pero he descubierto que tengo algo en común también con Santos:
"Fue el 12 de noviembre de 1906 cuando voló la distancia de 220 metros en las afueras de París a bordo de un artefacto que semejaba un cometa con alas cuadriculadas."
Yo descuadriculo las alas mediante cambios de variable, porque mi "ciencia" también evoluciona, porque hay demasiado cuadriculado. Es similar a encontrar los paralelos sin buscarlos, improvisando axiomas... si abscisas. Y voy a aprender a hacer y deshacer nudos, para saber escalar en vertical, con cuerdas nuevas. Altura. Manos de colores transparentes, vuelo horizontal sin perder lo vertical. Steve lleva modernos sistemas de navegación, y un equipo de apoyo también en tierra y a centímetros de ella que, desde la tranquilidad, está ahí, con muchísima ilusión. Yo tengo aquí mis manos, mis ojos, mis herramientas, mi equipo de apoyo ilusionado. Y mis zapatos, y mis vaqueros, y la bufanda de las semillas. Y mi sistema de navegación en plena evolución: GPS, Guitar Pings Steams, Gato Position System. Mi guitarra "Winchester", y todo el eco de sus balas, todo un sonar... siempre conmigo, compañera... mi sistema de navegación vertical y horizontal que me guía entre el flujo de las corrientes.

5.2.06

Hombrecillo centrifugador

Hacer y deshacer la vida.
Hacer y deshacer pulmones.
Hacer y deshacer canciones.
Hacer y deshacer caminos.
Hacer y deshacer el pan.
Hacer y deshacer los cuentos.
Hacer y deshacer la cama.
Hacer y deshacer los sueños.
Hacer y deshacer la lluvia.
Hacer y deshacer la ropa.
Hacer y deshacer la vida.
Hacer y deshacer el amor.
Hacer y deshacer el mundo.

Empezar, terminar. Poner la lavadora, meter la ropa, incorporar el detergente. Lavar. Centrifugar. ¿Qué hay que hacer? ¿Qué hay que deshacer? Lo siento, no pienso... no es en algo concreto, simplemente no pienso. Pienso sólamente en fórmulas para exámenes que he decidido hacer esta semana. Reduzco de tres a dos, porque ellos tienen límites de convocatoria. Por lo demás, no pienso.
...Tic-tic, tac-tac. Tic-tac, tac-tic. Toc-toc...
Mi semana termina el viernes. No mañana, ni pasado. Hoy tampoco. Desde el viernes voy a seguir el ritmo aprendido, a descubrir el compás...
...Tic-tic, tac-tac. Tic-tac, tac-tic. Toc-toc...
...porque tengo que grabar baterías y, si no se hace en tic-tac-imperfecto del subjuntivo musical, no se hace. Porque desde el viernes ya no voy a pensar en nada. Sólo voy a hacer mi ritmo. Con herramientas. Con el viento. Maquetas, son maquetas. Es fuerza centrífuga. Es fuerza centrípeta. Es fuerza intrépida.
Hacer y deshacer la música.
Hacerme y deshacerme las veces que sean necesarias...

4.2.06

Se ofrece canguro

"Se ofrece canguro, educado y con buenas referencias para quienes se atrevan a saltar"
Tranquilidad. Más que nunca. No hay precipitaciones, hay un sol gigante que me ilumina más de lo que nunca esperé. Por eso no espero nada. No hay saltos al vacío, hay ríos, por todas partes, trazados continuos reflejados asimétricamente en los pequeños laberintos de mi piel. No hay participaciones en los juegos olímpicos de invierno. Sólo voy a jugar con mis reglas, uno ya tiene suficiente manta y calorcito en el cuerpo para saber lo que hacer en cada momento. Y más que tendré. Mucho. Yo elijo mi disposición, no salgo a buscar nada, ni a nadie. Soy jugador de equipo titular, estoy preparado para prácticamente cualquier posición, juego de intrépido, por el centro, por las bandas... y si me lesiono es mi problema, tengo unos cuantos botes de reflex en la despensa, y un equipo quirúrgico rápido, muy rápido, por todas partes, y esguinces crónicos a los que no pienso hacer ni caso...
Madrid, Londres, Buenos Aires, París, Uruguay, Barcelona, México, Nueva York, Roma... Marruecos, Tokio, Rumanía... quizás Australia, Nepal, Canadá... no sé qué será de mí mañana... bueno sí, pero no quiero programar ni vaticinar ni calcular ni predecir, no quiero nada... tal vez alguien me chille ignorante... sin coma, que no sé lo que voy a comer mañana, ni eso... método natural "L'uomo blu piccolo, ser feliz y no estar solo". Creo que me van saliendo los ejercicios de calentamiento, estoy contento, la verdad.
Respiro hondo. A saltar. Véase diferencia con "asaltar". El sonido y el significado. Decidido. Suivons les cordes, we know a way, declárate valiente, viel glueck!
Por nada del mundo voy a dejar de saltar, por todas partes... de saltar mi voz y que eso tal vez haga saltar alarmas, de saltar verjas, de saltarme los dientes, de saltar cuerdas, teclas, parches... de saltar el miedo, de saltar lo que no sienta de mi incumbencia... de saltar con un pie, con dos, con las manos, con los huevos si es preciso, si me cortan las piernas o se me desgastan... de saltar semáforos, de saltar guardias, de saltar por los tejados como buen gato... de saltar en escaleras, de saltar en escenarios... de saltar entre cometas, de saltar el propio vacío, de saltar el vértigo, de saltar cadáveres que no sepan ni quieran aprender a saltar.
Y es que por nada del mundo voy a dejar de saltar. Porque es ahí, precisamente ahí donde quiero...

2.2.06

Cat vests behind your seat

Tan fácil como lanzar el abono transportes a la basura, ir a la taquilla y comprar un billete diferente. Merece la pena leer en él la palabra "sencillo" y trasponer las primeras palabras hacia mi fertilización del mundo. Aperturas en sol y variaciones en Re, mayor, muy mayor. Termino de poner la siguiente cuerda y la descubro doble... la declaro motor de doble latido: una cuarta y una tercera, un escalón por encima del lugar establecido para la tercera según los manuales. Qué libros tan odiosos (tal vez por eso leo poco), a veces los manuales del transporte público hablan de asesinatos y suicidios... y no voy a contribuir a la causa, ni a evitarla, prefiero tomar medios de transporte bajos en índices de contaminación... respirar... feliz. Viajes en cometa y paseos por la ciudad, pronto por la montaña, arriba, muy arriba, a la derecha, en latitudes completamente opuestas a la circulación de los tranvías. Y que no me vendan la moto, esos trastos además se empeñan en generar mareos y a veces, incluso, vómitos.
Ahora, sé mover nubes con tan sólo desearlo. Ahora sale el sol. Ahora paseo por donde se refleja, alto y claro. Ahora, me gano mi vida con un bote de pintura azul, dando color a los pasos de cebra y deteniendo el mundo. Ahora, prefiero billetes de sólo-ida para los trayectos largos. Ahora, prefiero maullar, alto... para que solo lo escuchen los gatos azules que entiendan mi código a la perfección, tal vez también los intrépidos que estén muy, pero que muy afinados y sepan interpretar el eco de todo lo que tengo que decir. Ahora me río de las distancias, de los jueces, políticos, clérigos y empaquetadores de mentiras. Ahora sólo creo en las verdades. Sencillo.
Ahora no paro de sonreír. Ahora, apuesto por las cuentas-atrás. Trescientos cuarenta y tres y bajando para subir... a lo mejor menos. De algún modo, sé quién sabe esperarme, tan claro como la nieve. Definamos "itinerario" como improvisación a motor de cuatro latidos, carguemos las mochilas y perdámonos... que hay mucho que hacer y todo va a salir bien.