28.5.06

Subibajador

Dame sencillez y deja de mirarme si alguna vez tuviste miedo.
Tállame trocitos de madera sin astillarme,
trénzame cuerdas sin trazarme ancla.

Cuidado.
Que hay niños jugando.
Hay niños subiendo.
Hay niños bajando que vuelven a subir.
Hay niños que trepan. Saltan. Se atreven.
Viven en mí. Conmigo.

Gritan, gritan mucho,
pero no es lo que parece,
que no chillan
ni me escupen
ni me hieren,
ni me dicen que les pego
y se dan en adopción.

Aquí, mis hijos.
¿Los escuchas
sonar en las escalas?
¿Los escuchas
volar en par de alas?

Cuidado. Handle with care.
No bajes sin querer subir primero,
no te tragues a mis hijos, no me estalles.
No me quieras sin subir,
no me odies sin subir,
No te bajes sin querer.
Pasa sin pestañearme unidireccional.
Sube. Subibájame.

24.5.06

Eau du jour au vies

Sonido de cremalleras, arroz pasado en la vitrocerámica, quasi socarrat. Intermitentes que esbozan luz de gas en unas pupilas que ya difícilmente cegarán por cortes en la red, abriendo trimestrales dos paquetes de Chéster y un café, torrefactado por la suciedad que ya no vamos a enturbiar más. Tanto que decir versus tanto que olvidar, me conoces... mas sabe, ma vie, que para certezas est tard.
Mas sabe, ma vie, necesito un adaptador, no un tranformador de corriente.
N e c e s i t o c u r s i v a s p a r a p o d e r
s a l t a r m e a l g u n a s
l í n e a s,
gritarme cortado con hielo y no pararrayos de ensalada, chillarme sonrisa sin cuchara. Ahora, nepassortirnientrerbutdontgoawaynotevoyasalirabuscar.
Sorbo. Ahí también au vies, you know, it's me. Soy sorbomundo desde que me antojo azul ingrávido en acordes intrépidos, en abrazos de cuento fuera de portales oscuros y, y sí, si silbo al té, diástole, que no necesito sábanas para trepar por las fachadas ni zapatillas para andar por casa, que si sístole, trepo con las manos y camino descalzo. Que sí, si síncope, espasmo y cepillo de dientes por la ventana tras dejar las papilas gustativas bien puliditas para degustarme la vida por la que pelee, sea cual sea, agua.
Ma vie, al vies de tus notas. Autres vies en canciones que siempre sonaron. Au vies, in the water, in the water, in the water... ma vie, parallel thirty-three... ma vie, in the water, in the water... in the water... I'll make my dreams away. No prometas, pues no sabes. Sólo intenta no hablarme en dialectos de alemán, permanécelo en mi como silencio de fusa en tempo de menosinfinito. Sabes que únicamente entiendo el lenguaje de los signos. Así, tal vez, me quede, in the water.
"In the water,
I don´t need bed,
I don´t need sounds,
I just can feel my mind goes around.
...
In the water,
in the water I make my dreams away.
In the water,
in the water I leave my mind away."
(Sexy Sadie - extracto de "In The Water", 1994)

9.5.06

Efecto invernadero

Él sólo quiere un trozo de pan si te sobra. No ha podido reunir un mísero céntimo para apostar un giro a su vida, a su mujer, a sus dos hijos. Le han vuelto a utilizar. Como a sus antepasados. Cosas que te hacen avergonzarte de tu propia especie. Sólo pide información, tal vez alguien que le escuche por un instante en su vida. Se demuestra que un humano puede prescindir de todo lo superfluo. Mientras, otros ven lo que ponen en la tele. Algunos incluso se están follando a sus parientes por veinte euros o perdonándoles la vida. Él, tan sólo quería un instante de mi vida. Fue más que suficiente para creer en él. A posteriori, efecto invernadero, una vez más. Miedo de verdad, angustia, impotencia y que seguimos sabiendo temblar de mil maneras.
***
Dame un punto de apoyo y un par de remaches, algo está en nuestras manos demasiadas veces. Hasta qué punto. A veces, todo es poco, cualquier cosa acabará sabiendo a rancio, a tierra seca de un tiesto gris metálico, forespan desmenuzado y óxido de hierro. Se sintomiza cuando los ácidos gástricos gotean a través de la nariz, entonces buscas un paliativo para la amnesia retrógrada y acabas por no encontrar ungüento alguno para tal punción incisiva en los constrictores faríngeos. Nada, no hay nada, nada de nada, no hay ganas de despertar porque eso siempre supone prescindir y somos egoístas. Asco. No hay movimiento si no hay inercia. Vergüenza.
Fuerza siempre es masa por gravedad, aplicación inducida universal. La harina se asemeja al spray nasal y la levadura se arrebata en polvos de talco para ojetes desangelados que pretenden una todavía mayor dilatación sistemática. Actores de reparto, teatro del disparate. Pasen y vean. Y el agua, que a veces no sirve para nada más que para difuminar en el retrete todo lo que no queremos ver. Para nadar en la disolución absorbente de lo soluble. Sorber y no absorberse. Mierda.
Y qué si Judas mintió tres veces, nosotros nos alimentamos tres veces al día y nos autoingerimos continuamente. Todo vale para consumirse en el consumo. Y qué si hace siglos todos querían mamar del lejano vecino: como ahora ya no, todo es válido y está justificado y no hay obligación de nada, ni de hacer contratos, ni de atender en los hospitales, ni de nada. Porque no hay papel, sólo vale ser hijos de. Por eso, nos pringaremos las manos de... y si no podemos fumárnoslo, nos lo comeremos, nada importa.
Que sea tan dificil poder creer en la sociedad tantas veces. Es triste y desolador. No hablo de mi ciudad, ni tan siquiera de mi país, cosas que se ven cocer en tantos lugares, huevos sin pelar, con cáscara. Cuando pueda creer en mis semejantes sin pestañear, entonces hablaremos de dioses. Si no puedo creer en la Humanidad (con mayúsculas y todo lo que implica) de una manera certera, qué me importa el origen. Lo siento, prefiero ensuciarme si sirve de algo, no necesito manuales para mi espíritu. Siempre desde el mayor de los respetos que puedo ofrecer. Así es el efecto invernadero, pajas y paradojas, coherencias, injusticias, absurdos... qué le vamos a hacer. ¿Todavía no lo sabes? No compadezcas, simplemente muestra tus cartas.
***
Mi premio gordo de la lotería es tener cerca un puñadito de gente inquieta, que se preocupa y además se exprime, dando lo mejor en cada gesto. Querer es siempre necesario pero nunca suficiente y los que me conocen lo entienden, lo saben y no lo van a dudar nunca, tal vez por eso no se van. Tengo suerte, definitivamente, para qué voy a ponerlo en duda tantas veces. Puedo creer en mí, puedo creer en muchas personas, puedo creer en mis principios y también en los sueños, por qué no.
Un buen día me prometí dar siempre la cara, así que órdago a juego. Todas.

3.5.06

Pronto

Siempre es cerca. Un concierto encierra mi particular y en cierto modo pública fiera de Abril. Allí, en el barrio donde brotaron la mitad de mis raíces, mucho antes de que la mayoría de nosotros siquiera alcanzase a mearse encima, algunos tan siquiera respirar. Allí, alguien pintó una ventana abierta que escribe Mayo en una servilleta, y el cubital nervioso tiembla en unos zapatos que me enseñan magistrales derivaciones para los cálculos de probabilidades inerciales del verbo desgastar. Allí, nadie olvida un lugar. Allí, nadie olvida un abrazo, una palabra o tan siquiera un estornudo.
Allí, hace mucho tiempo, alguien quería descubrir el más allá del correcalles que se encierra entre la cárcel y el río. Aquí. Ahora soy yo. Allí, aquí, cosas que siempre, cosas que cerca, cosas que pronto.
Y si se desafina mi compañera, no importa. Y si oigo murmullos, tampoco. Y si nos incendiamos vivos, menos, huele a lluvia. Hay cosas que pueden parecer escabrosas, pero si son latiendo, bienvenidas. Y las canciones que crecen mientras yo bajito pongo el pie en una caja azul por si alguien necesita un atestado. Y que algunas van teniendo bigote y fumando, plena angustia adolescente con cierta valentía y algunas gotas que no voy a explicar. Estoy contento, aprenden a hablar sin vagones delimitados por ausencias ni precintos: música democrática, del pueblo, de ese conjunto del todo entre espacios y manos que me permite y permitirá respirar. Pronto, cerca, siempre, todo. Demo, cráter, erupción, sin mixomatosis.
¿Se atreverá alguien a cortarme las manos? Primero tendrá que encontrarlas. Y antes, encontrarme a mí, aunque es bien fácil: cerca, pronto, aquí, allí, ahora, siempre.